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viernes, 20 de noviembre de 2009

EXPLICACIÓN«EL PANAL DE LA MIEL»


EN LA TRINIDAD TENEMOS EL PANAL




Intentaremos explicar brevemente el significado «EL PANAL DE LA MIEL»

Nos hallamos en el estadío de la contemplación en la cual el alma se da cuenta de lo que está gozando de Dios, reconoce algo más de cómo es y de sus misterios, por eso desea permanecer sumergida, allí escondida, para beber y comer sólo de lo que es Dios. Allí en ese embotamiento amoroso, se libera de toda clase de esclavitudes que la vida conlleva, para seguir saboreando el gozo que Dios le puso en la boca.


Después, cuando pasa ese intenso estadío de contemplación, incluso éxtasis, el cuerpo y el alma se sienten doloridos y aún no queriéndolo pedir, reclaman a Dios que la vuelva a llevar en esa profundidad inefable del amor.
Y es cuando entiende que no volverá a catar esa miel si le es infiel, aunque a veces Dios da de esa miel a una pecadora para darle fuerzas y sacarla de esa flaqueza que le impide volar hacia Dios.
No sólo contemplan los que son santos, eso es cosa que sólo puede dar y quitar el mismo Dios. No obstante a pesar de haber gozado de Dios, el alma puede caer en vanidades, no pecados mortales que le harán perder esa profundidad del amor de Dios.

Por eso, cuando descubre a quien ama y que no puede perder al Amado, admirada por tanta misericordia se adentra más en sí misma buscando a su Amado que vive dentro de ella y allí se hablan de una forma silenciosa pero intensamente profunda. Va pasando el tiempo y la esposa va creciendo, transformándose cada vez más a como es su Amado y en este estadío es cuando se sabe sufrir porque el amor ha sido purificado de todos los afectos que le apartaban de gozar plenamente de Dios. Sólo así, esa esposa enamorada sabrá sufrir con deleite todos los sacrificios, todos los martirios. No es que el dolor se trasforme en un gozo placentero, el dolor no debe de dar placer, eso sería una alteración psicología, hay que entender que ese dolor es deseado para alcanzar algo transcendente. Jesús Expresó«Con ansia he deseado comer esta pascua con vosotros antes de padecer» (LC.22, 14-18), Jesús deseaba morir por nosotros para darnos a gozar del Reino, ese deseo no es otra cosa que un «Gran amor » Por eso el sufrimiento se transforma en miel para estar a la altura que Dios nos quiere tener en su Reino.

En la mística, en la contemplación no es una escalada progresiva, hay también descensos, en los cuales parece que Dios nos ha abandonado y es cuando sin ningún apoyo, el alma tras experimentar el dolor de la ausencia del Amado, se esfuerza por seguir siendo la mejor de las amantes y por eso ella misma se consume y se hace caramelo de miel, que es más dulce y concentrado en el amor.
Vivir en la Trinidad, es realmente el paraíso, es el Panal.
No sé si he logrado explicar algo mejor lo que no se sabe explicar, acepten la buena voluntad.


¡GOCÉMOS EN EL AMADO!




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