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miércoles, 4 de noviembre de 2009

LA LIBERTAD

LIBERTAD
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
Monasterio de Sta.Catalina de Siena
(Paterna) Valencia

Hoy día, muestra sociedad plural y globalizada, ha tomado el uso de la l libertad, afectando indiscriminadamente a las libertades de las demás personas, incluyendo a los más cercanos sentimentalmente, como son la familia y los amigos.

Pero la libertad bien entendida es un poder, infundido en la razón y en la firme voluntad de hacer o de no hacer acciones por si mismo deliberadas. Naturalmente la libertad encauzada en la verdad del raciocinio, permite al hombre fortalecerse interiormente para crecer y desarrollar un largo proceso de maduración integral, desde su infancia hasta la propia senitud, fruto madurado tras cada experiencia positiva o negativa de los avatares de la vida, que nos hace creer en la verdad y sobre todo en proyectar al exterior la experiencia que implica la bondad de ejercer la libertad. Así pues la libertad no consiste en el libre albedrío de elegir determinadas cosas u opciones apartándose de una toma de conciencia responsable y cuerda, de todo aquello que vamos a decir y a realizar, sino que precede y procede a ello un sano y recto juicio final; que es en definitiva saber vivir en «Aquella Verdad que lleva al hombre a gozar de la felicidad, donde hablar de libertad se conjuga como valor fundamental de toda la persona como individuo y como parte integrante de la sociedad».
Constantemente las sociedades a nivel mundial, están atentando contra el raciocinio de la verdadera libertad del hombre, legislando leyes que atentan gravemente contra ese valor esencial que es el saberse libre para amar y ser amado.

Nada más lejos de poseer la libertad, es prestar demasiada atención a las informaciones mediáticas, que de forma subliminal o abierta, nos exponen a tomar partido de aquello que poco a poco contribuyen a la destrucción del sentido de una recta conciencia de los acontecimientos y situaciones que hoy nuestro mundo tiene planteado; preguntas que ya nos dan las respuestas sin haberlas pedido, para que así, no haya lugar al pensamiento y a la formulación explícita de una conducta moral y ética.
Cuestiones como el aborto, la eutanasia, la ingeniería genética, ya han penetrado tanto en el tejido social, que a nadie ya escandaliza. Estas situaciones de injusticia agravan en lo más íntimo del hombre, debilitándolo para vivir poco más que en la indiferencia de ir pasando página a su vida. Sí, pasando páginas, el hombre ha ido dando por bueno planteamientos antimorales, dando cabida en un nuevo planteamiento de vivir o quizás mejor expresado de intentar sobrevivir en una sociedad plural sí, pero desinhibida de toda clases de tabúes.La verdadera libertad consiste en experimentar en «Darnos» a los otros por amor; el amor es lo más liberador de las ataduras de nuestros egoísmos, pues solo se ocupa del bien del «Otro», sin quererlo dominar o poseerlo para su propio provecho, también ellos son libres en ese amor que convierte la experiencia de tomar con libertad una opción determinada, valorando el fin último que nos lleva a la ejecución de una sana opción de libertad y en todo caso, conlleva la plenitud del amor del servicio y donación a nuestro mundo, algo mucho o poco olvidado de que el mismo Dios nos dio esa libertad para poder gozar de la Vida de Dios. Vosotros, habéis sido llamados a la vocación de la libertad, servíos unos a otros por amor.
PUBLICADO EN LA REVISTA CULTURA RELIGIOSA.-VALENCIA

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