Seguidores

jueves, 27 de mayo de 2010

APRENDER A ELEGIR



Tendría yo unos 7 -8 años, cuando mamá me dijo que teníamos que ir de compras a otro municipio cercano al nuestro llamado Santa Eulalia, lugar donde yo hice mi primera comunión a escondidas de mi familia.
Mamá era tejedora, un oficio en que se pasa todo el tiempo de pie,
Recuerdo que me decía que a cada hilera de telares, tenía unas zapatillas con polvo de talco para poderse aliviar un poco el terrible dolor de pies y cuando llegaba a casa siempre me pedía que le hiciese unos masajes en los pies con alcohol.

Cuando ya llevaba un buen rato con las fricciones, pensaba que ya se había dormido, pero no, pronto despertaba y me decía: «Teti_nombre cariñoso sin traducción_, un poquito más»a lo que yo le respondía: « Mani, es que te huelen un poquito los pies» y mamá paciente me decía que siguiera, y así durante muchos años, sólo podía contemplar a mi madre dormida. La miraba y con esa ternura que siempre les hablo pasaba mis manitas por su cara como si mis dedos fuesen de terciopelo, y todos sus surcos eran besados por mis dedos deslizándolos cuidadosamente para no despertarla.

Recuerdo que las lágrimas socorrían a mi tacto dando énfasis a un amor muy grande que no podía nunca manifestarle porque no tenía tiempo para mí.
Así que ese día que me dijo de ir de compras creí que me moría de la emoción. Tomamos un autobús que creo que las paradas duraron unas 4 o 5 .
Llegamos a la tienda de ropas y compró cosas bonitas para los abuelos, para papá y una tela para hacerme un vestido para estrenar para san José, el santo de mi abuelo.

Ya de regreso mamá me hizo esta proposición: « Teti, ¿qué prefieres una pastelito y vamos caminando a casa o que cojamos el autobús?», a lo que yo rápidamente le respondí: ¡Oh sí mamí, el pastelito! Y entonces empezaba para mí la verdadera fiesta. Hablaba y hablaba como una cotorra, aquel pastelito me duró una eternidad; la cogía del abrazo tirando de ella porque no llegaba, le contaba los dedos de las manos, pero más que contar eran esas caricias de terciopelo que le daba mientras dormía y así hasta que llegábamos a casa.
Esto se repitió en otras ocasiones.

Al cabo de muchos años, estábamos toda la familia reunida, con amigos y vecinos ya que me despedía para entrar en el Carmelo Descalzo y mamá se le ocurrió contar que ya desde muy pequeña me había enseñado a renunciar, a saber tomar decisiones y puso el ejemplo de cuando me llevaba de compras y me pedía que escogiese si ir a pie o coger el autobús, ya que a pie ella me compraba un pastelito. Yo me quedé sin habla, mamá me dada lecciones y yo sólo desea estar a su lado, gozar de su compañía, amistad, compartirle mis secretos de niña y en cambio… que lejos estábamos. Y para rematar el ejemplo les dijo que yo era muy golosa porque siempre escogía el pastelito.

Ese día, yo con 40 años lloré delante de todos y les descubrí que a mí me gusta más lo saldo que el dulce, la única razón que me movía a comerme aquel dichoso pastelito, era para estar más tiempo con mi madre ya que si íbamos en autobús en breves momentos ya estaríamos en casa.
Mamá se quedó sin habla y la familia lo tomo como algo gracioso.

Ahora que ya no, la tengo, muchas veces en mis momentos de soledad, cierro los ojos y la miro como duerme, acaricio sus surcos con mis manitas y los dedos de terciopelo se deslizan suavemente amando cada rincón cada centímetro de su alma y de su cuerpo sabiendo que ya no despertará.

Amigos, me ha costado mucho escribirles esta parte de mi vida. Si sois padres, no dejéis que vuestros hijos se queden sin poder estar gozando de vosotros. Los tiempos de juegos, de reír, de aprender, de dejarles pasar sus manitas por vuestros bigotes, vuestro pelo o los pendientes de perlas de mamá. «Dejaros amar».

Con ternura
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P

21 comentarios:

  1. Hola Sor Cecilia, has llenado mi corazón de ternura.
    Que foto más linda con tu mamá y las palomitas.
    Gracias por abrirnos tu corazón y sacar tu niña interior.

    Eso que hiciste la Comunión a escondidas . ¿Es que fuiste a comulgar por tu cuenta, antes del día que te correspondía?.

    Seguro que tu mamá Cinta desde el Cielo te está sonriendo.

    Una abraçada, germana, Montserrat

    ResponderEliminar
  2. Pues tiene usted razón. Su madre era una santa. Y es de ese tipo de personas que gastan su vida entera, hasta el final, en servir a los demás, son, ciertamente, admirables.

    ResponderEliminar
  3. Howwww! Sor Cecilia....me ha llegado al alma, que leccion de vida, Que mami tan buena....!!
    Ahora que la mia va ha entrar en quirofano , siento como que la puedo perder... y estoy llena de temor....y me vienen a la memoria todos lis dias y situaciones de complicidad de amor de compartir...que cierto eso de que hay que amar y dejarse amar...aprovechar el tiempo que Dios nos de, en eso , en amar y dejar huella... pues al final eso es lo que dejamos, verdad?
    Un petó

    ResponderEliminar
  4. Sor Cecilia,... y a nosotors nos ha costado leerla sin lágrimas en los ojos. Dios la bendiga y Santa Maria le sonria siempre. Claudio*

    P.D. Visiteme en http://claudioduran.blogspot.com/ y en www.mariamadrededios.com.ar. Saludos desde Argentina.

    ResponderEliminar
  5. Me enternece el amor con que habla de su madre de la que vamos poco a poco conociendo lo gran mujer que sin ninguna duda fue.
    Me enternece aún más si cabe imaginar a aquella niña que prefería "el pastel" aún sin gustarle nada más que para poder disfrutar más de su mamá.Pienso como usted Sor Cecilia, a los niños hay que darles todo, pero no lo material hay que darles todo nuestro corazón, hay que dejarles una hermosa herencia hecha de recuerdos que les reconforten en el mañana, hay que hacerles ver que de verdad son lo más importante que hay en nuestras vidas, hay que dejarse acariciar....Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Hermanita:
    Con estas vivencias tan conmovedoras que nos está compartiendo me demuestra que nuestro Papá Dios la estaba preparando para Su servicio.
    Creo que ahora, cuando usted duerme, es su madre la que la acaricia...
    Un abrazo fuerte fuerte
    ♥Alicia

    ResponderEliminar
  7. Buenas tardes sor Cecilia. Un escrito conmovedor que nos recuerda cuán importantes son nuestros progenitores y cómo a pesar de que nunca nadie les enseño a ejercer su labor de padres, hablo en mi caso, siempre estuvieron allí. Además de darnos la vida, lo hicieron lo mejor que supieron o lo que las duras circunstancias de la vida les permitió. Quizás no todo el mundo sea tan afortunado y sus padres no hayan sido sus mejores amigos, pero eso no significa que no merezcan respeto ni cariño. Nada nos liga a nuestros padres, pues cada cual tiene su propio camino que recorrer. Pero recorrer el camino comprendiendo qué papel representaron para nosotros y cómo nos marcó su paso en nuestras vidas, aprender qué cosas están en nuestras manos para mejorar sus actuaciones, da sentido al acto de perdonar. Gracias a él, nosotros, como seres estado de evolución y de consciencia, podemos ser un pelín mejores. Y cuando nos toca desempeñar el mismo rol que ellos, aplicamos lo aprendido y aquello que fueron reproches y rebeldía, lo transformamos en amor y cariño sin volver a repetir los mismos patrones.

    Un cariñoso abrazo

    ResponderEliminar
  8. Mi querida Sor Ceci, ahora comprendo lo de sus lágrimas. Mientras leía podía ver a esa niñita y esa madre amorosa que contaba con sus manitos para alivianar el dolor. Cuanto amor en este relato, cuanta ternura.
    ¡¡¡Que buen trabajo hizo su mami para hoy ser usted la mujer que es!!!. Hoy nosotros ponemos pasamos nuestras manos en su alma y tratamos de alivianar ese dolor que siente. Pero su mami querida hoy está cubriéndola cn sus alas de ángel.
    Dios las bendiga mi señora Ceci, Dios quiera que la luz de su interior siempre ilumine otras almas, porque de eso se trata, de mantener esa luz encendida para dar la calidéz a quienes la leemos y estamos a su lado.
    Si me permite Sor Ceci le diré : "La amo señora, la amo con el corazón y con el alma y quisiera tomar entre mis manos las suyas para decirle que reciba todo mi apoyo y mi servicio para que jamás decaiga".
    Siempre suya amiga querida
    Sil

    ResponderEliminar
  9. Querida sor Cecilia, gracias por esta ofrenda que ha hecho con tanto amor. No sabe usted como la entiendo! El año pasado, con una diferencia de dos meses y medio y en pleno caos de la pandemia de gripe A, han partido a la Casa de Dios mamá y papá -uno ya es grande, pero con ellos siempre ha de ser así-.
    Yo también quisiera subirme aunque sea por unas pocas paradas con ellos ahora, y que también suban a ese autobús mis hijos.
    Dios en su misericordia nos permita el reencuentro en el día de su regreso.
    Un afectuoso saludo en Cristo y María, y mi humilde oración
    Paz y Bien
    Ricardo
    PD: sor Cecilia, no existen las casualidades, mas sí las causalidades obra del Espíritu; usted ha mencionado Santa Eulalia... de donde comenzó en silencio su obra de liberación y amor hace 8 siglos mi queridísimo San Pedro Nolasco, del que hace poco hablé algunas palabras en mi blog.
    Un abrazo renovado.

    ResponderEliminar
  10. Que hermosa historia de su vida, Sor Cecilia. Me ha emocionado. He conocido a esa niña llena de madurez, viviendo un gran amor con su madre, cubriéndola de cariño, y ahora aconsejando a los padres que se dejen amar por sus hijos. Hermosa lección.

    Cordialmente.
    Luis.

    ResponderEliminar
  11. Sor Cecilia... estoy emocionada de leerte... de sentir que nos compartiste parte de tu alma... vivencias tan hermosas... a la vez se me aparecía la imagen de mi bella madre... que es una divina... cuánto amor entregado.... cuántos mimos que le diste... creo que al contar esto, coincido con otro comentario, sobre que es tu niña interior la que está aflorando... la que vive siempre en vos... y en cada uno de nosotros... Tu madre seguramente está muy orgullosa de vos... un ser maravilloso que tuviste la gracia de tenerla como mamá.... Cariños y mimitos a tu niña interior...

    ResponderEliminar
  12. Soy mamá de Valen, y amo esos momentos diarios en que acaricia mi cabello.... o me hace masajitos en el cuello.... es un dulce mi principito... Compartir momentos junto a nuestros hijos es lo mejor que nos puede pasar a ambos!!

    ResponderEliminar
  13. Pues muy bonito lo que nos ha contado. Muy emotivo. A mi también me ha trasladado a mi epoca de niñez, cuando saliamos de compras con mi madre y después nos invitaba a un bollo, menudo extraordinario era eso y como nos gustaba!!!!.
    Yo también he querido con locura a mi madre, y desde que se murió hace ya 26 años no he dejado de pensar en ella ningun dia.
    Gracias por compartir hermana.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  14. Creo que en todos los casos, pero particularmente en el de una mamá o papá, es muy importante dejarse amar; a veces los amamos mucho mas así. Muchos saludos Hermana.

    ResponderEliminar
  15. Gracias Sor Cecilia por este relato de tu vida, tan llena de amor, de ternura y de picardía. Las fotos son bellas. Tu madre desde el cielo te está protegiendo te manda besos.
    Abrazosssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  16. QUERIDA SOR,EN AQUELLOS TIEMPOS, LOS BUENOS PADRES, PRIVILEGIABAN LA FORMACIÓN DE SUS HIJOS.
    NO DUDO DEL INMENSO AMOR DE SU MADRE, POR TODO LO BELLO QUE CUENTA DE ELLA.
    DE SU CANSANCIO SACABA FUERZAS, ADEMAS PENSÓ QUE SIENDO UNA MADRE TAN AMOROSA, NO LE HABRÁ COSTADO PRIVARSE DE HACERLE DEMOSTRACIONES DE AFECTO?. EL CORAZÓN DE LAS MADRES VE MAS ALLÁ DEL AMOR. UD. SIEMPRE SERÁ SU OBRA, POR LA EDUCACIÓN QUE LE DIO, ES HOY, QUIEN ES.
    COMO MADRE QUE SOY, SE QUE LA AMÓ, Y SIEMPRE CAMINAN JUNTAS.
    LA ABRAZO HERMANA, CON MI CORAZÓN DE MADRE.

    ResponderEliminar
  17. Los niños aman incondicionalmente, son almas puras, me gustaría que no que no aprendiesen nunca a odiar, de eso se ocupan muchos mayores. Aquel que hace daño a un niño no puede gozar nunca del perdón.

    ResponderEliminar
  18. Es un excelente consejo a los padres que empiezan a serlo.
    Es fácil (si uno pretende abrirse y hacerlo) dejar que tu hijo pequeño juegue contigo; aunque para ser sincero, mi experiencia, es que yo jugaba con ellos.
    Más complicado es dejarte querer por tus hijos "grandes" que ha ce tiempo vivien su vida.
    Te quieren igual, a su manera (subrayado), y de igual manera quieren seguir jugando contigo. También para ellos, será complicado concretar cómo.
    Pero así es la vida de padres... un juego de amor
    Un abrazo que mi chica hará efectivo en un rato. Al + Mc

    ResponderEliminar
  19. Leyendo su historia me pregunto si son suficientes los instantes que le doy a mi niña...
    Le doy a elegir seguido, para que sepa que no todo se puede, que tiene que renunciar a algo para lograr lo que más desea..
    Debemos esmerarnos en darle tiempo valioso a nuestros hijos, por en el tiempo compartido nos estamos ofrendado con amor a ellos...
    Su entrada nos mueve a reflexión y eso es muy valioso, gracias...

    ResponderEliminar
  20. A mi me pasa como a Edit, me pregunto si fueron suficientes los instantes que yo le di a mis hijas, digo dí, ya que son mayores y hoy yo le daría mas, pero ellas tienen casi siempre muchas cosas que hacer y pasan un poco de mi como es natural. Precioso el relato gracias por contarnos estos recuerdos.

    ResponderEliminar
  21. Hola, Cecilia, mil gracias por tu compartir. Todos los días no puedo entrar a internet. ¡Es un gozo tu compartir! ¡Es un gozo todo lo que la vida te ha ido enseñando y madurando! ¡Qué gran mujer y qué gran padre!

    HOY nuestra Parroquia ha celebrado el Corpus pues es su Titular. He dejado a mi madre por un rato para acercarme y acompañar a Jesús. Nos hemos acercado a una residencia de mayores ... ahí estaba también el pan partido y repartido. También entre los niños que hemos preparado para la Primera y segunda y tercera y treinta mil... Comuniones. Muchos padres con sus hijos.
    ¡Gracias por todo lo que la vida nos va enseñando! ¡Hasta pronto, como te dije!
    Dios está entre nosotros ¡No todo va mal! ¡verdad?...

    ResponderEliminar